viernes, 14 de octubre de 2011

Carta a mis alumn@s

Esta noche he pensado mucho en ustedes, los que actualmente acuden a mis cursos y aquellos que pasaron por ahí en otros tiempos. Es importante expresar y sentir, luego, detenerse a reflexionar. Comencé en la enseñanza como ayudante de profesor después de un movimiento estudiantil que no permitió que establecieran cuotas en la UNAM, el paro duró nueve meses. La juventud me pareció un reto y la docencia una profesión noble y humanista. Quiero conectar con su mente para compartir las ideas que transitan por el arte y la comunicación.

No es fácil llegar a un salón de clases y ser titular de una asignatura, regularmente se presentan en el aula estudiantes llenos de energía, confundidos y ansiosos. Muchas veces lastimados por los métodos pedagógicos opresivos de la enseñanza básica, por esa razón algunos muestran resentimiento a la figura del profesor. Otras personas fluyen positivamente adoptando los métodos de la universidad y abiertos al aprendizaje pero, hay quienes siguen arrastrando los malos hábitos del simulacro del estudio y sólo quieren salir huyendo del aula, evaden, se distraen, distraen a otros. Es todo un reto controlar al grupo, reintegrar a los distraidos, atender a quienes participan y moderar las intervenciones.

Siempre busco aplicar métodos que vayan en contra de "la pedagogía del oprimido" planteada por Paulo Freire y educar para la libertad. Cambiar esa idea del maestro opresor y que la calificación no sea rehén ni pasar lista a modo carcelario. Quiero conectar con su lado creativo, estimular su curiosidad, el interés de buscar, la necesidad de conocer y abrir su mente a nuevos temas, a otras realidades. Quiero que vivan y experimenten el arte para que puedan expresar y sentir, llenar su vida de significados alternos y posibilidades inagotables. Siento una emoción intensa cuando concluyen sus tareas, sus ejercicios y veo en su rostro la satisfacción y la cataxis que la experimentación artística deja en ustedes. Me siento triste cuando discutimos, feliz cuando conversamos. Orgullosa cuando asimilan los temas y recuerdan lo esencial. 

Quiero que mis alumnos me vean como ser humano, que reconozcan mi esfuerzo y que me permitan seguir estudiando, que cuando cuestionen sean amables, que cuando pregunten sean educados, que recuerden que somos un grupo y como tal el trabajo en equipo es vital, aprendemos mutuamente, estamos llenos de emociones, no soy superior, sólo tengo más tiempo en la ruta del conocimiento y la vida ejerciendo la docencia me permitirá siempre aprender, desarrollar mis talentos, fluir positivamente en la expresión de las imágenes electrónicas, ser la historiadora del arte y comunicadora que nunca deja de soñar y anhelar, trabajar con ustedes y para ustedes.